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Disfrutar de la luz

Nicolás VIgo | La luz tiene que ver mucho con nuestro estilo de vida. Ella incide directamente con nuestro estado de ánimo. Así es. Por si no lo sabían, la presencia o la ausencia de la luz forma nuestro carácter y determina nuestra salud, no solo física, sino también mental y espiritual.

Esto lo podemos ver de manera natural en nuestra sociedad. Las personas que tienen contacto con la luz natural son personas alegres, sencillas, bonachonas, con buen carácter, siempre divertidas y opuestas en su personalidad, con otras que viven en la sombra, metidos en sus apartamentos reducidos y oscuros.

Sobre ello, Elsa Punset dice: “En las últimas décadas han cambiado las costumbre milenarias, y quienes vivimos en ciudades pasamos hasta el 90 por ciento de nuestras vidas en interiores, generalmente iluminados y ventilados de forma artificial”. Se dan cuenta de lo nefasto que es pasar el 90 por ciento de nuestra vida natural en un ambiente prefabricado.

Lamentablemente, las personas de la ciudad, han perdido la conexión vital con la naturaleza. La desconocen. Y ello se nota en su forma de ser. Sin duda, esto tiene que ver con el estilo de vida. Queramos o no, los niños citadinos se ven obligados a vivir una vida adulterada, en donde la gran panacea de todo es el supermercado. Todo está en él. Hace unos meses, una amiga me decía desconcertada que sus hijos no saben cómo es la lluvia ni cómo son los bosques y los animales. Asimismo, se lamentaba de que desconocieran el origen de las frutas y los vegetales.

Es verdad, el hombre moderno no solo tiene que pagar esa factura, sino que esa desconexión con la naturaleza le hace perder un poco de sentido vital. ¿Qué hacer ante esto? Una de las estrategias es llenar de luz nuestra casa. Ella debe tener ventanas grandes para que la luz ilumine nuestro hogar. Asimismo, nuestras habitaciones deben ser de colores claros o pasteles, de modo que la luz nos relaje, nos ilumine y haga que nos sintamos bien en casa.

Otra de las cosas que podemos hacer, si no tenemos mucha luz, es convertirnos en inquilinos de los parques para tomar baños de sol y para respirar por las mañanas. De hecho, debemos ir a ellos frecuentemente. Y no solo eso, necesitamos acompañar esa visita con ejercicio. Esta es una combinación genial: naturaleza más ejercicio. Un binomio ideal para vivir bien.

Además, debo decirles, que las estadísticas nos dicen que las personas que saben disfrutar de la luz del sol, son personas que gozan de buen humor, no padecen estrés y generan más serotonina (la hormona de la felicidad); igualmente, son más empáticas y proactivas.

Ya lo saben, menos habitación y más sol. Y si por el diseño de la casa, tenemos mucha oscuridad, hay que ser generosos en la iluminación. No debemos olvidar que la luz nos hace bien y nos ayuda a disfrutar de las cosas cotidianas.

Y en cuanto puedan, sean desprendidos con ustedes mismos, disfruten de la luz solar en el campo, el jardín o la playa. No se encierren. Abran las ventanas de su casa y dejen que la luz llegue como un rayo bendito para iluminar los rincones oscuros de nuestra casa y de nuestra personalidad.