HomeArticulosLeer nos salva la vida

Leer nos salva la vida

Nicolás Vigo | “Leer me salvó la vida”. Esta es la frase que repite decido y al borde de las lágrimas el escritor Jordi Sierra i Fabra. Él está convencido de haber hecho la confesión más importante de su vida. Y aquella confidencia la hace frente a una cámara, en un plató de televisión streaming.

La escena se completa con planos medio de un público que está casi escondido en el claroscuro del plató. Ellos hacen de testigos para dar más realismo a las escenas.

Mientras miro interesado en los buenos planos de la cámara 4K, me quedo encantado por la fuerza persuasiva del mensaje. No solo me importan las palabras que dice, sino que reparo en el personaje. Me detengo especialmente en la comunicación no verbal y en la storytelling (Historia contada). Finalmente, llego a la conclusión que este hombre siente lo que dice.

Se trata de una confesión biográfica. Hecha para conmover y ejemplificar. Los primeros planos -y los planos detalle- dejan ver la empatía que se genera entre Fabra y el público. Sus palabras despiertan emociones. Tal y como dice Urdaci: “En los mensajes que persuaden siempre hay algo personal, algo de ustedes”. Me digo para mí mismo: “Este hombre sí que maneja muy bien la comunicación interpersonal. Lo hace muy bien”.

Hecho el análisis de la comunicación interpersonal, reparo en el mensaje de Fabra. Una vez más da en el blanco. Suelta otra vez una frase redonda: “Descubrí que alguien en casa me quería: yo”. Sin duda, su historia personal es interesante. Es un libro didáctico para empujar a nuestros jóvenes para que abandonen la mediocridad y destierren el pasotismo artificial en los que les encierra, muchas veces sin quererlo.

Fabra sí que sabe de jóvenes y talento. Es el creador del Premio Literario Jordi Sierra i Fabra Para Jóvenes y de la fundación que lleva su nombre.

Yo, que trabajo con adolescentes y jóvenes, ideo el plan cómo hacer que estas palabras de Fabra les lleguen. Estoy convencido que la destreza tartamudeante de  Fabra provocará en ellos una empatía casi mágica. Quiero estimular en ellos el phatos (la emoción). Porque estoy convencido que en donde el falla el logos, triunfa el phatos

“Leer me salvó la vida”. Es su frase gancho. Y es que los libros no solo han salvado la vida del creador de los premios Fabra, sino de millones de personas en el mundo. Ellos han sido los contenedores de las ideas más brillantes y de los consejos más sinceros que se han hecho con alevosía salvadora. También se ha depositado en ellos la sabiduría más valiosa para transformar, mentes y sociedades. ¿Qué sería de nosotros sin los libros?

Sin duda, los libros han sido los instrumentos que se han usado para provocar la libertad de los sometidos. A lo largo la historia, ellos han sido las armas secretas, perfectas, para liberar de las cárceles, romper los grilletes opresores y abrir los cepos existenciales. Con ellos, se ha derrotado a tiranos y dictadores.

Fabra cuenta una gran historia, que confiesa verdadera. Yo no hago otra cosa que proponerlo en un focus group a una cuarentena de jóvenes inquietos con los que comparto la vida. Ellos, que viven un romance quimérico con los libros y que ya alardean de nombres de literatos, pensadores y filósofos consagrados, se convencen otra vez, que solo hay un protagonista en su vida: ellos. Y que los libros son sus aliados estratégicos que los protegerán de la mediocridad.

Después de haber apelado a mi amigo Fabra, me quedo satisfecho porque no solo les he enseñado mis jóvenes la efectividad de la storytelling, sino que además, he rematado mi tesis: “Solo los libros  nos salvan de las pasiones irracionales, del servilismo ignorante y de la mediocridad instalada que seduce a la sociedad actual”. Digo esto satisfecho, casi como si estuviera pisando la arena. Remato la escena con una mirada plácida y sonrío en silencio a mi amigo Jordi.