El abogado Santiago Altamirano Díaz se preguntó quiénes promueven, conducen y financian la vacancia del presidente Pedro Castillo Terrones, así como las marchas y contramarchas que generan inestabilidad en el país. Piensa que a la cabeza de las cuestionadas acciones está la ultraderecha fascista y golpista, comandada por Keiko Fujimori, Rafael López Aliaga y Erasmo Wong.
“Keiko Fujimori tiene que avanzar en su propósito de la vacancia presidencial porque en este mes se le va a dictar una sentencia y es muy posible que vaya más de 30 años a la cárcel por ser jefe de una organización criminal. Mientras que López Aliaga promueve marchas golpistas porque debe más de 30 millones de soles de impuestos y no quiere pagarlo. En tanto, Erasmo Wong tiene graves denuncias por la compra y manejo ilegal de fundos azucareros del norte de Lima, y también tiene un medio de comunicación en el que sus secuaces como Beto Ortiz y Aldo Mariátegui siguen sus órdenes desde fuera del país”, manifestó.
Altamirano Díaz también señaló a la congresista Patricia Juárez como integrante de la ultraderecha golpista. Recordó que la parlamentaria estuvo implicada en el caso Comunicore, cuando se desempeñó como teniente alcalde de la Municipalidad de Lima, durante la gestión del ex alcalde Luis Castañeda.
De igual manera mencionó a la congresista Tudela, quien estaba implicada en los casos del Club de la Construcción. Asimismo cuestionó a la parlamentaria Chirinos, a quien sindicó como jefa de una presunta banda del Callao.
“Esos son los que quieren promover la vacancia. El secretario de la OEA, Luis Almagro ha dicho el 1 de noviembre que el presidente Pedro Castillo gobierna para todos los peruanos y que tiene visión de una economía mundial; por lo tanto, nosotros como peruanos debemos defender la democracia”, observó el jurista chotano.
Sobre la vacancia presidencial, Santiago Altamirano piensa que puede ser admitida en el Congreso de la República; pero será muy difícil que sea aprobada. Agregó que antes de impulsar la vacancia, el Parlamento debe ser consciente de que está muy desacreditado y desaprobado por la ciudadanía.
