El capitán del Barcelona y emblema del club, el mejor jugador de la historia del equipo catalán, se va, y gratis, del club en el que ha estado los últimos 20 años.
Leo Messi envió un burofax al club Barcelona expresando su deseo de ejecutar la cláusula que dispone en su contrato por la que puede abandonar unilateralmente el club al término de cada temporada. La cláusula de 700 millones de euros finalizaba antes del 10 de junio; sin embargo, lo atípico de este periodo, por el coronavirus, le abre la vía a solicitar su salida.
Por su lado, el club catalán respondió al argentino, tras una Junta Directiva extraordinaria, manifestándole que quieren que se quede en el Barcelona y que acabe con ellos su carrera profesional. La respuesta también se dio mediante un burofax.
Como se sabe, el 21 de agosto el jugador tuvo una conversación con Ronald Koeman. En esta reunión ya advirtió al entrenador que se veía más fuera que dentro. La decisión del futbolista, de abandonar el club, ha generado conmoción en el mundo y principalmente en los aficionados españoles. Estos últimos se reunieron en los exteriores del Camp Nou para gritar: ‘Mesi quédate. Bartomeu, división’.
Según la programación del club Barcelona, Messi y el resto del equipo, están citados el domingo, 30 de agosto, para pasar las pruebas médicas y el lunes ponerse a las órdenes de Koeman. ¿Acudirá a la cita con el equipo? Lo normal es que no se presente, sobre todo si se acoge a la cláusula por la que se puede liberar del club antes del mes de septiembre.
La guerra del burofax
Los pedidos de ambas partes han sido mediante ‘burofax’. La pregunta es: ¿No podían haberse llamado por teléfono? La sensación que deja este escenario es que Messi y el Barça están en una guerra fría que tiene muy mal aspecto. Una relación entre el mejor jugador de la historia del club y el Barza que está acabando de una manera tan abrupta.