«Nací en Rosengard, un lugar donde había mucha delincuencia, y mi infancia fue completamente podrida. Mi Padre era alcohólico y mi madre fue un caso difícil. Cuando se divorciaron, yo tenía sólo 2 años.
Hubo momentos en los que no tenía nada que comer, así que robaba comida, ropa, una bicicleta para ir a entrenamientos. Estaba loco por el fútbol, pero no tenía dinero para comprar zapatos o un balón. Jugaba en la calle, descalzo, y eso me permitió desarrollar mis habilidades.
Hoy mi nombre brilla, pero nunca sabrán todo lo que tuve que sacrificar, y lo difícil que fue llegar a la cima».
— ZLATAN IBRAHIMOVIC