A los 6 meses su madre lo abandonó, a los 10 meses le cayó agua hirviendo encima; lo llevaron al hospital rápidamente pero envuelto en nailon, la quemadura empeoró por lo que estuvo más de dos meses en terapia intensiva, quedándole como consecuencias graves quemaduras en la cara y en el cuello.
Cuando tenía 5 años su padre murió de 23 balazos en un enfrentamiento armado, su hermano fue condenado por un asalto a un camión blindado, iba a entrenar y jugaba descalzo en sus inicios, rechazó la cirugía para ocultar sus quemaduras las cuales Macri le ofreció pagar cuando triunfo en Boca diciendo «quiero que la gente me quiera por lo que soy, no por lo que parezco».
En el mejor momento de su carrera y en disputa de los mejores clubes de Europa, decide perder 25 millones de dólares en sólo un par de años para volver a la Argentina. Jamás un jugador volvió a la Argentina estando en los mejores momentos de su carrera, jamás un jugador volvió mejor de lo que fue. Por todo eso el Apache es único e irrepetible, pudo haber sido un delincuente que estaría preso o muerto o haber sido un adicto más como muchos de su barrio.
