Nicolás Vigo | El presidente de ARCORES Perú, el agustino recoleto Ángel Herrán Palacios, habló de la pandemia que ha puesto nerviosa a la comunidad internacional. Se trata de un hecho sin precedentes. A estas alturas, ella ya se ha extendido por toda la comunidad internacional con una rapidez asombrosa.
Herrán Palacios dirige la filial de ARCORES tiene su sede en Chota (Cajamarca), un departamento que, según las estadísticas oficiales, es uno de los más pobres.
La labor que hace aquí ARCORES -Y antes Haren Alde– es de gran ayuda para los campesinos que apuestan por pedir ayudas económicas a los Agustinos Recoletos, antes que al Estado o a otras instituciones.
No obstante, durante la pandemia, el gobierno de Perú ha respondido audazmente. La ministra de economía, María Antonieta Alva, ha dicho una frase que se ha convertido en el símbolo de la gestión de la crisis: «El impacto económico de lo que está sucediendo no tiene precedentes y el plan económico que tenemos que aplicar es un plan sin precedentes». Por ello ha destinado US$25.000 millones para atajar esta crisis y aliviar el día a día de los peruanos pobres.
Si bien el Estado peruano supo ponerse en primera línea de batalla, otras instituciones no lo han hecho. Muchas ONGs han sido criticadas por su letargo al responder ante esta crisis mundial. Sus iniciativas han llegado tarde.
Sobre ello, el presidente de ARCORES, responde: «La ONGs acuden donde no llega el Estado. Pero primero es el Estado, que recibe nuestros impuestos, el primero que tiene que intervenir. Como aquí en el Perú, por ejemplo, el Estado que ya tenía dos programas sociales: Juntos y Pensión 65. Ahora también se ha establecido el subsidio de 380 soles y lo último una canasta de alimentos de aproximadamente 100 soles para los que no tienen ninguna ayuda. Creo que estos son paliativos”, afirmó.
Además, insinuó que ARCORES tiene previsto ser protagonista también en esta crisis que afecta a muchos países: «Cuando ya se comprueba que la ayuda del gobierno no alcanza, entonces entraremos a tallar las instituciones solidarias. Así lo hicimos, cuando hace dos años, llevamos a cabo el programa Emergencia Perú con la comunidad de Los Porongos y la construcción de una casa caída en Chiclayo y reparación de otras varias», manifestó.
El agustino recoleto también indicó que toda la humanidad debe sacar como lección de esta enfermedad, la superación del individualismo: «Todos somos frágiles ante la enfermedad, nadie puede sentirse totalmente seguro. Hemos de apoyarnos unos a otros. Todos dependemos los unos de los otros y vamos en el mismo barco. Así que no hemos de ser individualistas ni acaparadores».
Asimismo, el presidente de ARCORES Perú confesó sentirse esperanzado, porque aún en Chota no tenemos ningún caso del COVID -19: «En Chota, gracias a Dios, todavía no ha llegado el coronavirus. Estamos rezando para que no nos llegue, pero también hay que prepararnos en cada familia», subrayó.
Igualmente, sostuvo que confía en las instituciones de salud peruanas y en las campañas de prevención que se han emprendido: «El ministerio de salud con el hospital y la Director Sub Regional de Salud (DISA) tienen que tomar todas las medidas y precauciones necesarias. Nos han pedido la frecuencia de lavado de manos, el aislamiento social, el confinamiento, pues hagamos caso porque en eso nos puede ir la vida. Y no sólo la de uno mismo, sino también la de los demás».
Y finalmente, dijo que ARCORES Perú estará atenta a ver cómo se desarrolla la campaña de prestación de subsidios del Estado y la misma campaña de la prelatura para complementar la ayuda económica, como lo hicieron hace dos años con Caritas de Chota.
