Donald Trump acusado de abuso de poder y de obstrucción al Congreso, es el tercer presidente de la historia estadounidense que se verá sometido a un proceso de destitución. Esto después de que la mayoría demócrata votó a favor de los dos cargos, mientras los republicanos lo hicieron en contra, en un claro reflejo de lo partidista, casi tribal, de este proceso.
Si es hallado culpable en ese futuro proceso, el presidente será destituido, aunque las probabilidades de que eso ocurra son reducidas. La luz verde al impeachment se dio por 230 votos a favor y 197 en contra por abuso de poder; y por 229 a favor y 198 en contra por obstrucción.
«Esto es un suicidio político del Partido Demócrata», manifestó el presidente durante un mitin en Michigan, poco después de que se conocieran los primeros resultados de la sesión en el Congreso.
La hora de la verdad de Trump llegará en noviembre de 2020. Su base, de momento, no parece afectada por este escándalo. Su índice de aprobación, pese a lo bajo, ha mejorado seis puntos desde septiembre, hasta un 45%, según Gallup. Por la noche, se dio un baño de masas en un mitin en Michigan. En la calle la lluvia de los últimos días dio una tregua en Washington y bajo un sol intenso, pero un frío atroz, las protestas contra Trump de la mañana recordaban esa otra parte de América.
