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Asamblea Nacional de los Pueblos convoca a manifestación en defensa de la vida

La Asamblea Nacional de los Pueblos – ANP convoca a una manifestación nacional programada para el 23 de junio en las ciudades y el 24 de junio en el ámbito rural, en defensa de la vida y en solidaridad con las víctimas del COVID-19; así como en protesta contra el desempleo y el hambre. Considera que no hay capacidad ante la pandemia del coronavirus, por lo que exige cambios inmediatos en las políticas del Gobierno. La consigna es ¡Por un Sistema Nacional de Salud!, ¡Bono Universal, ahora!, ¡No a los despidos!, ¡Reactivación económica con derechos y seguridad!, ¡Protección y reactivación de la agricultura familiar! y ¡No a la violencia contra las mujeres!

A través de un pronunciamiento, la ANP manifiesta “Tras más de 90 días de Estado de Emergencia nuestro país sigue sumido en una crisis que afecta todas las dimensiones de la vida humana. Cada día, los infectados se cuentan por miles y los fallecidos por centenares. Uno tras otro, hemos visto colapsar los sistemas de salud en las regiones más pobladas del país. Millones de trabajadoras y trabajadores han perdido sus puestos de trabajo, y conforme la amenaza del hambre se ha transformado en una realidad, se han sucedido manifestaciones masivas de desesperación: primero las marchas de miles de migrantes retornando a sus provincias de origen; ahora, la masiva irrupción en las calles de las grandes ciudades de cientos de miles de trabajadores del comercio ambulatorio. Más allá de iniciativas tardías y desordenadas en el terreno de la salud, de dispositivos controlistas que han puesto en grave riesgo a los mismos agentes del orden, y de consejos extemporáneos a la población, el gobierno del ingeniero Vizcarra ha sido incapaz de manejar esta situación”.

Agrega que “lejos de implementar un bono universal para garantizar la cuarentena, medida que implementan en el mundo gobiernos de diversas tendencias políticas, el gobierno ha preferido manejar la pandemia como si se tratase de un programa social, con bonos focalizados, que a la fecha ni siquiera han llegado a sus supuestos beneficiarios. Dejando de lado a miles de pequeñas productoras y productores del campo y la ciudad, ha puesto a disposición de las grandes empresas 60,000 millones de soles, llegándose al colmo de otorgar préstamos a empresas comprometidas en casos de corrupción y evasión tributaria. En vez de proteger a los trabajadores en sus derechos, el gobierno puso a disposición de las empresas el mecanismo de la “suspensión perfecta de labores” para facilitar despidos; en las últimas semanas ha facilitado la reapertura de actividades económicas de alto riesgo –como la minería y la pesca- sin establecer mecanismos claros de control del cumplimiento de las condiciones de seguridad. A pesar de contar con los mecanismos legales para hacerlo, el gobierno se ha negado a centralizar todos los recursos y servicios de salud bajo el mando del ministerio respectivo. Es por ello que hemos asistido a un criminal tráfico de insumos como el oxígeno, a la especulación con el precio de los medicamentos y a los obscenos precios de las clínicas privadas para atender a quienes ya no encuentran lugar en los servicios públicos de salud”.

También menciona que “Estamos pagando las consecuencias de varias décadas de políticas privatizadoras, de abandono de los servicios públicos, de desconocimiento sistemático de derechos. El supuesto milagro del modelo peruano ha quedado desnudo ante peruanas y peruanos, así como ante la opinión pública mundial. Las exclusiones y desigualdades que ha exacerbado el neoliberalismo pasan hoy la factura: las poblaciones más vulnerables están pagando con sus vidas, con sus puestos de trabajo y con su hambre, el abandono sistemático del bien común como objetivo central de una auténtica República. La nefasta herencia del fujimorismo, sintetizada en la Constitución de 1993, y la incapacidad de los sucesivos gobiernos “democráticos” para modificar el modelo vigente, se dan la mano en la responsabilidad de la crisis que estamos viviendo”.

Por todo lo anterior invoca “Llamamos a los pueblos del Perú y sus organizaciones, a ciudadanas y ciudadanos democráticas/os y patrióticas/os a manifestarse los días 23 y 24 de junio. A sumarse a las acciones convocadas por la CGTP y otras organizaciones sindicales para el 23, así como a las acciones que desarrollarán las organizaciones agrarias el día 24, día del Campesino y de la Reforma Agraria. Más aún, llamamos a desarrollar múltiples y diversas formas de protesta y solidaridad durante esos días: acciones de impacto en las redes sociales y cacerolazos, embanderamiento de los pueblos que pasan hambre y no han recibido ni siquiera los bonos anunciados, banderolazos en plazas y calles, acciones callejeras innovadoras, etc”.

Convoca movilizarse de manera diversa y creativa para exigir:

• Centralización inmediata de todos los recursos existentes para combatir la pandemia en la perspectiva de un sistema unificado de salud, reformado y financiado, con plenos derechos laborales para sus trabajadores, que incluya la participación de la población organizada con enfoques de salud comunitaria, de género e interculturalidad.

• Ingreso Mínimo Universal bajo la forma de un bono de mil soles a todos los ciudadanos mayores de 18 años en tanto dure la emergencia, garantizando que llegue a todas y todos los auto-empleados y las PYME.

• Pleno respeto a los derechos laborales: cese de los despidos colectivos bajo cualquier forma, en particular los que afectan a las mujeres en la agro-exportación y en el trabajo en hogares. Anulación de los procesos de “suspensión perfecta de labores”. Protocolos sanitarios rigurosos, elaborados con participación de los trabajadores. Instalación en todos los centros laborales (públicos y privados) de Comités paritarios de Seguridad y Salud en el Trabajo. Reconocimiento de COVID 19 como enfermedad profesional.

• Creación de un Fondo de Salvataje y Reactivación de la Agricultura Familiar. Promulgación de una Ley de compras estatales que priorice a los productores nacionales. Reorganización del actual sistema de grandes mercados, promoviendo la descentralización. Establecimiento de un Comando de Emergencia Agraria que articule a los diversos sectores involucrados en el tema agrario, incluyendo a las mujeres productoras.

• Políticas públicas y participación ciudadana para erradicar toda forma de discriminación y violencia contra las mujeres y las poblaciones LGTBI. Promoción y garantía de los derechos sexuales y reproductivos, reconocimiento de la economía del cuidado y la igualdad de género.

La Asamblea Nacional de los Pyueblos cree que “Sin un cambio de rumbo será imposible derrotar la pandemia y superar la crisis económica, social y política. Es por ello que junto con las medidas inmediatas que proponemos, llamamos a las organizaciones, a la ciudadanía en general, a involucrarse en construir este curso alternativo. Tenemos que organizar colectivamente nuestra supervivencia cotidiana, garantizar la salubridad de los espacios comunes, controlar la movilidad descontrolada. Tenemos que construir democráticamente nuestros protocolos y cumplirlos en talleres, mercados, fábricas y oficinas. Pero por sobre todo tenemos que organizarnos para luchar por fundar una auténtica República, basada en principios de Igualdad, Democracia y Soberanía. Y para ello un paso indispensable es derogar la Constitución vigente y convocar a una Asamblea Constituyente. Nos ratificamos en la lucha por este cambio de rumbo a las puertas del segundo centenario de la fundación de la fallida república criolla”.