Alemania y España empataron en la Liga de Naciones

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Las selecciones de fútbol de España y Alemania empataron a un gol por lado, por la primera jornada del grupo D de la Liga de Naciones. El partido se jugó en el Mercedes-Benz Arena.

La Liga de las Naciones, un invento para sacar euros y probar pizarras coge a muchos futbolistas con arena en los bolsillos.

Serán los tiempos. España está en el laboratorio. No se sabe lo que pasará en un equipo de emisión en pruebas. Una Alemania de toda la vida, rápida y fuerte, encontró más dinamita en el área que el maquillado grupo de Luis Enrique. La ilusión se llama Ansu Fati, de 17 años. Este se conviertió en el segundo internacional más joven en debutar con la Selección Española. Hoy tiene 17 años y 308 días, mientras que Ángel Zubieta se estrenó con la selección el 26 de abril de 1936 en Praga. Tenía 17 años y 283 días. La realidad responde a Timo Werner. El milagro fue de Gayà, en el último intento.

Los alemanes se presentaron sin los mejores del Bayern, Kimmich, Gnabry o Müller. Alemania lleva 14 años con el mismo profesor, Joachim Löw, mientras que España, entre disparates y desgracias, suma cuatro seleccionadores en dos años, suficiente para extraviar un plano definitivo del edificio del juego.

La mano de juventud de la lista de Luis Enrique no fue tanta en el equipo inicial y eligió una foto con muchas trincheras. Ferran Torres era el único debutante y notó el bautizo en su precisión. Imponía el rival y el escenario, apabullante y deprimente con tanta silla vacía. Entre las decisiones de Luis Enrique estaba la de mantener el sistema medular con Sergio Ramos y Busquets. El azulgrana continúa fuera de ritmo.

A España le costó avanzar. Carvajal y Navas coincideron en la banda derecha. El sevillista se ubicó de extremo, la posición en la que volaba como un papelillo cuando se hizo célebre en el fútbol. Alemania probó pronto la guantera de De Gea, agil en tres ocasiones. El meta del United recuperó el puesto en un debate eterno en la selección española.Löw colocó a tres centrales, Süle, Rüdiger y Can, una exhibición de corpulencia, pero con la agilidad de un salón de futbolines. Y Can fue el mejor socio español. Entre él y Trapp regalaron un gol a Rodrigo que este perdonó al verlo tan sencillo. Cuando quiso rematar a puerta vacía se le echó encima el portero, aquel que con el PSG se llevó la cartuchera llena del Camp Nou.

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