Severiano de Cáceres | Madrid, 2015 | Vaya por delante que el título es siempre dado por la dirección de radio Santa Mónica. El 14 de diciembre de 1976 tuve la suerte de compartir toda una jornada de la mañana y parte de la tarde con la comunidad de Cuyumalca. Se celebraban las primeras comuniones de los niños y niñas de la escuela. Estaba recién llegado a Chota y , el actual obispo de Chota, P- Fortunato Pablo me invitó para iniciarme en la realidad social y religiosa de lo que a partir de entonces sería mi labor en Chota. Recuerdo bien las conversaciones con Régulo Oblitas y los profesores Sres. Jorge Caro, Gilberto “Maíllo”.
Me contaban del robo en la escuela y los robos permanentes de todo tipo de animales, asaltos a las casas etc., con sinceridad no recuerdo lo que les diría al respecto…Sí sé que ya se hablaba de varias iniciativas. Los sentí muy bien compenetrados a los profesores con la comunidad.
Con Régulo Oblitas nos hicimos buenos amigos desde ese primer encuentro y fui siguiendo el proceso de cómo se fue fundando la primera ronda: “La primera ronda se fundó en Cuyumalca, estancia contigua a la ciudad de Chota, a las 2 p. del 29 de diciembre de 1976. Esta histórica decisión la tomaron los padres de familia de la escuela, y fue ratificada en días siguientes por todas las familias de Cuyumalca. El Nombre original fue Rondas Nocturnas”[11], como se desprende del Acta Histórica de la Fundación que reza como sigue:
“En la estancia de Cuyumalca, siendo las 2:00 p. m. del día veintinueve de diciembre de mil novecientos setenta seis, reunidos los ciudadanos de dicha comunidad, luego de intercambio de ideas se llegó al acuerdo de organizar “Rondas Nocturnas” para defender los intereses del centro educativo y de toda la comunidad a consecuencia de los continuos robos que se vienen suscitando en agravio de dicho centro y de algunos vecinos. Esta acta tiene la finalidad de organizar a la comunidad y solicitar la licencia respectiva a fin de que sea posible comprar sus armas. El encargado de organizar las rondas será el Teniente Gobernador, quien previo empadronamiento de la ciudadanía, distribuirá el personal; será también el encargado de seguir los trámites correspondientes para el buen desempeño de sus funciones. Con lo que se dio por terminado el acta siendo las 3:15 p. m.”.
Ese es el primer paso. Que fuera una copia de lo que hubo en las haciendas anteriormente para defender los intereses de los hacendados, que la experiencia del servicio militar de algunos campesinos, que los profesores del Sutep y los militantes muy activos en esa época tanto de Patria Roja como de Bandera Roja y más tarde el APRA fueran organizando, dirigiendo…podría escribir un libro de esas épocas en primera persona (como detalle les comentaré como en una misma noche del 77 me visitó el representante en Chota tanto de Patria como de Bandera para que fuera a la asamblea que se iba a tener en el salón parroquial que les presté para que fuera a la asamblea y les apoyara a unos o a los otros. Claro mi decisión fue no ir…jaaa, qué tiempos aquellos de alumnos que estaban en estos movimientos y algunos encuentro todavía en los mismos movimientos y otros en los contrarios…).
Lo qué si pude constatar y me dolía es que en esos años había mucha discriminación entre los que vivían en la ciudad y a quienes llamaban con tono… “los cholos”, que el campesino llegaba a las oficinas con un gallina, cuy, media docena de huevos de gallina…para que le atendieran, que se acercaban con miedo y temor, que los jueces eran del estilo del famoso “Calvay” –cuanto hay-, tres reses robadas para mí y una para el ladrón, mientras el dueño iba a la cárcel si se le ocurría levantar la voz, que lo que se vendía en la ciudad costaba mucho mientas lo que vendía del campo se valoraba ridículamente…Una injusticia y un desprecio del campesino que clamaba al cielo.
A la vez una reata de abigeos por todas partes que agravaba más todavía la situación narrada.
El grito de Cuyumalca fue el inicio de acabar con estos males. Poco a poco el campesino se ha hecho dueño de sí mismo, ha tomado conciencia de su dignidad, sus derechos, se ha liberado de miles de complejos…
Las rondas campesinas han eliminado, donde funcionan, los robos, injusticias, corrupciones…siempre y cuando, por supuesto, sus autoridades no estén sujetas a un “compinche político”, que lo único que le importa es trabajar para su “nuevo patrón” sea el partido X o la ideología Z.
La verdad es que cuando hablas con el campesino de “a pie”, el que realmente vive de su trabajo critican duramente a esto líderes “compraditos”, pero que les cuesta más denunciarlo públicamente y que ellos tienen mucha habilidad para estar siempre bien colocados en la organización. Ellos claman por la independencia pero no sé hasta qué cierto punto lo sean. Junto a loa políticos están las campañas millonarias de los últimos años y la malsana costumbre del “robará, pero nos da”.
En 39 años ya ha habido tres leyes sobre las Rondas Campesinas y un Decreto Supremo de reglamento:
1.-Ley nº 24571, dada el 6 de noviembre del año 1886. A iniciativa del Diputado Daniel Idrogo Benavides .“Reconocen a las rondas campesinas, pacíficas, democráticas y autónomas”. Gobierno de Alan García Pérez.
2.-Ley nº 27599, dada el 14 de diciembre de 2001. . “Ley que concede amnistía a los miembros de las rondas campesinas y/o comunales que vienen siendo procesados por tenencia ilegal de armas y secuestro”. Carlos Ferrero, presidente del Congreso de la República. No fue promulgada dentro del plazo constitucional por el Sr. Presidente de la República.
3.-Ley nº 27908. “Ley de Rondas Campesinas” Firmada por Alejandro Toledo el 6 de enero de 2003.
4.-Decreto Supremo nº 025-2003-Jus. “Aprueban el reglamento de la ley de rondas campesinas.
A pesar de ello no dudo que la organización sabrá nuevamente eliminar a los abigeos, ayer de animales y sembrados del campo, hoy de las conciencias y del buen gobierno…Y a la vez buscar el desarrollo económico-social, cultural e integral de sus comunidades para una vida digna de los hombres y mujeres del campo. Ese es para mí humilde opinión su límite.