El Morumbí se llenó de gente como si de un partido se tratase. Pero en vez de darle la bienvenida a once futbolista fue uno solo el que acaparó toda la atención.
El jugador en cuestión no es otro que Daniel Alves. El ex del PSG, que aterrizó hace pocas horas en Brasil, fue presentado por Sao Paulo como el gran refuerzo del equipo.
«Es el primer club del que visto la camiseta y soy aficionado», comentó el brasileño en una de sus primeras frases como futbolista ‘tricolor’.
Todo comenzó en la sala de prensa del estadio. «Mi sueño es superior a cualquier dificultad que pueda tener en el camino», comentó Alves ante los medios de comunicación.
Dejó claro que sus ambiciones son grandes y que no viene a pasearse: «No quiero que nadie piense que vengo a terminar mi carrera. Tengo muchos objetivos».
Entre sus próximas metas, citó que intentará ser convocado para el Mundial de Catar 2022 y que eso pasa, en su opinión, «por estar en un club en el que pueda conseguirlo» y que crea en su «profesionalismo» y su «historia», como ha hecho el Sao Paulo.
«La primera cosa que solicite para Sao Paulo es que necesito solidez en el proyecto, preciso estabilidad deportiva porque tengo objetivos más para adelante. Sé de las dificultades que supone volver a Brasil, pero los sueños son superiores a cualquier dificultad», manifestó.
El capitán de la selección brasileña, reciente campeón de la Copa América Brasil 2019, en el que nombrado mejor jugador del torneo, dijo que «soñó con este momento» y que ahora espera «retribuir la confianza» que han depositado en él para «aspirar a cosas importantes con compromiso, sacrificio e intercambio de experiencias».
«No se van a arrepentir de haberme contratado. Sé que muchos no lo pueden entender, pero es muy personal. Había muchas posibilidades, pero ninguna para cumplir un sueño», añadió.