Severiano de Cáceres | Febrero, 2016 | Me pide en esta oportunidad Radio Santa Mónica un texto de opinión desde un análisis social más que político y desde ahí enfoco hoy estas reflexiones desde mis sueños, deseos, ideales, valores…que no renuncio a que se puedan hacer realidad.
En primer lugar se necesita un Presidente que ame a su pueblo, íntegro, justo, inteligente y practico a la vez. Consciente que está sirviendo a un pueblo noble que ha puesto en su persona los destinos de una tierra que tiene un potencial de riqueza envidiable y unos compatriotas capaces de sentirse orgullosos de su pasado y a la vez del presente que están construyendo.
Un Presidente que comprenda que su primera tarea es la salud y el bienestar integral de sus compatriotas. Y por tanto tendrá que tener como tarea prioritaria la alimentación, la salud y la educación de los más desfavorecidos de la nación y muy especialmente de los niños y jóvenes que son el futuro, pero sin olvidar a los ancianos que a lo largo de muchos años han llevado el peso de teimpos muy duros, de sufrimientos y frustraciones…ellos no pueden ser abandonados a su suerte con una pensión miserable para ir mendigando a sus hijos y sin tener cubierta la seguridad de su salud porque no tienen una seguridad social que les brinde atención sanitaria puntual y de calidad.
Un presidente consciente de que en el sistema educativo desde inicial hasta culminar la etapa universitaria se construye un país con futuro y hace a los ciudadanos libres como todos cantamos en el himno patrio. No escatimar presupuesto en educación es una de las grandes inversiones y obras de su gobierno.
El Perú, mi querido presidente, como Ud. muy bien sabe, tiene unas potencialidades y riquezas envidiables para que pueda cumplir todos estos sueños. Una selva patrimonio de la Humanidad que hay que cuidar y conservar, una sierra donde hay que desarrollar la agricultura y la ganadería, pero también el turismo ecológico, y una costa donde cuando llega una gota de agua hasta las piedras dan fruto. Una atracción turística por su riqueza arqueológica y belleza natural que es la envidia de muchas naciones, ahí tiene Ud. una buena fuente de ingresos para cumplir con salud, educación, jubilaciones…
No me olvido, Sr. Presidente, de la minería, que bien sabe Ud. que hay que administrar convenientemente para el hoy y el mañana de Perú, pero que sobre todo debe realizarse sin causar daño al medio ambiente ni a los ciudadanos que son los más valioso que Ud. tiene.
No se olvide, amigo presidente, de invertir en la recuperación de tantos restos arqueológicos ruinosos y desconocidos para la mayoría de los peruanos, en la creación de industrias alimentarias, en ese inmenso mar peruano donde un día fuimos los primeros en casi todo y nos quedamos en casi nada…siga llevando desarrollo integral a todas las comunidades más olvidadas de Perú…
Finalmente, mi querido presidente, rodéese de un grupo humano honesto, amante de su país, preparado y capacitado para los programas de cada ministerio. Un grupo de asesores inteligentes que amen a su país es la garantía de su gobierno, pues Ud. no puede hablar y saber de papas o de medicinas a la vez, pronunciar la d cómo t , o ser un “todista”, simplemente es el director de una orquesta que debe armonizar a un país que se llama Perú.